Ser un eco hotel en un entorno como el Parque Tayrona no es solo una elección de marketing. Es un compromiso ético. Cada decisión que tomamos —desde el diseño de las habitaciones hasta el menú del restaurante tiene como prioridad la sostenibilidad.
En términos de paisajismo rural, esto se traduce en intervenciones mínimas, materiales naturales, energía solar, manejo responsable del agua y gestión adecuada de residuos. Pero también se traduce en educación: nuestros huéspedes reciben información sobre cómo minimizar su impacto durante su estancia.
Uno de nuestros mayores orgullos es haber diseñado nuestro alojamiento sin alterar el relieve natural. Las habitaciones se ubican entre árboles nativos, respetando la sombra, la ventilación cruzada y evitando la tala innecesaria. Así, el paisaje sigue siendo protagonista.
La sostenibilidad también se ve reflejada en nuestras actividades. Promovemos experiencias que no requieren consumo de recursos intensivos, como caminatas, yoga al aire libre, meditación guiada en la naturaleza, avistamiento de aves y talleres de permacultura. En lugar de buscar entretenimiento ruidoso, ofrecemos conexión silenciosa con lo natural.
Este enfoque ha sido altamente valorado por turistas conscientes, que buscan no solo un descanso, sino una forma de aportar positivamente al planeta. Y el paisajismo rural, bien trabajado, se convierte en el marco perfecto para esta transformación.